#Vitamina Espiritual 💊

Cuando nos es revelada la obra redentora de Dios nos damos cuenta que todo lo que pensábamos y creíamos de la vida es completamente equívoco y desviado, respiramos bajo una cultura donde entre comillas todo se basa en los derechos humanos y sin darnos cuenta caminamos igual de torcidos que los pensamientos de sus mismos creadores porque como su nombre lo indica deberían ser direccionales rectas pero algunas sólo buscan justificar el desenfreno, el libertinaje y descontrol donde todo se resume en el pecado. Por ejemplo: Derecho al aborto, derecho a la dosis personal, derecho a la libre personalidad, derecho al matrimonio gay y podríamos utilizar todas las líneas de esta reflexión enunciando muchos más donde la palabra derecho no tiene cabida ni aplicación en su concepto inicial; es  más, no debería acompañar ninguna de estas prácticas porque su significado real quiere decir que es recto, justo, razonable, privilegio, legal, vertical una corriente que realmente atenta contra un derecho primordial y fundamental que es la familia.

Cual es el derecho real de esto?, Dios diseñó más que normas y preceptos un plan perfecto e inigualable donde sí hay rectitud, legitimidad, justicia y radicalidad, nos dio un derecho que no merecíamos a partir de un costo muy alto, sin embargo envió a su hijo Jesús a la tierra y nos reveló ese camino recto por donde debíamos de andar dándonos de su gracia por la Fe, nos permitió un nuevo nacimiento a través de la confianza en Jesús como Salvador y el bautismo en su nombre, y por el poder del Espíritu Santo somos adoptados a la familia de Dios y nos da todos los derechos de los herederos en su casa por eso no tomemos a la ligera esta gracia, esta bendición, esta adopción, este derecho que es verdadero. Somos los hijos de Dios ahora. Debemos dar gracias por esta gracia y vivir de acuerdo ella.

Leamos hoy: Juan 1:12-13

Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad  de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.

Por: #JulianchoMerchán

Bendiciones!