Siempre hay un momento oportuno para todo, en los negocios, en el deporte, en la ciencia el cual es muy importante.
Es también esencial en la vida del creyente, a fin de ceñirnos a las instrucciones de Dios de acuerdo con su plan y en su tiempo.
En el reino de Dios, esperar significa buscar más dirección del Señor mientras estamos en nuestras circunstancias presentes. Incluye tanto una actitud de expectativa, “Señor, ¿qué quieres que haga?” como una de buena disposición: “Señor, estoy dispuesto a hacer lo que me pidas”. Es lo más sabio que podemos hacer, porque asi recibiremos dirección. Con frecuencia tomamos decisiones basadas en la influencia de nuestros amigos, nuestra sociedad o a veces cuando nos dejamos presionar por las circunstancias. Pero Dios es la única fuente de verdadera sabiduría. Él sabe todas las cosas, y nos responde basándose en su comprensión perfecta. Él está dispuesto a darnos dirección clara en todas las decisiones que debamos tomar, ya sean grandes o pequeñas, pues quiere lo mejor para nosotros. La pregunta del año en este oportuno momento es: ¿Estaremos permitiendo el propósito de Dios en nuestras vidas? ¿Conforme a su plan?. Dios también utilizará el tiempo de espera para ceñirnos a su tiempo perfecto. Para otros, puede parecer que estemos retardando la acción innecesariamente. Pero saber que estamos caminando en armonía con los planes de Dios, traerá su paz a nuestros corazones.
Estaremos preparados para su respuesta y para proceder. Dios puede usar un tiempo de espera para ayudarnos a reconocer una motivación incorrecta o un pecado, y también para robustecer nuestra fe.
Actuar con sabiduría comienza con escuchar al Señor. ¿Cuándo fue la última vez que usted esperó para recibir dirección de Dios?.
Leamos hoy Salmos 130:5-8
Esperé yo a Jehová, esperó mi alma; En su palabra he esperado. Mi alma espera a Jehová Más que los centinelas a la mañana, Más que los vigilantes a la mañana. Espere Israel a Jehová, Porque en Jehová hay misericordia,Y abundante redención con él; Y él redimirá a Israel de todos sus pecados. Salmos 130:5-8
por: Juliancho Merchán
???
Abrazo