Los estragos derivados de la creciente del río Combeima mantienen el temor de quienes viven sobre la cuenca del afluente y piden acciones de mitigación del riesgo de manera urgente.
El desbordamiento del río Combeima la madrugada del 24 de septiembre tiene aún en emergencia e incertidumbre a cientos de ibaguereños que viven en la cuenca del río Combeima, pues pese al apoyo con ayudas humanitarias y atención en puntos críticos con maquinaría sobre el afluente, muchos alegan que no hay celeridad en las actuaciones y que hay varias zonas en donde el riesgo es inminente.
Una de las situaciones de mayor relevancia está en el tramo que da paso al centro poblado Juntas en el kilómetro 16, allí por la pérdida de banca, producto de las crecientes de las quebradas Guamal, Perlas y el río Combeima, la Secretaría de Infraestructura del Tolima decidió suspender el paso vehicular, lo que obligó a cientos de residentes y turistas a llegar hasta este punto caminando, en moto o bicicleta.
La secretaria de Infraestructura Departamental, Paola Muñoz, acotó que en el sitió solo queda un ancho de 1.80 metros, por lo que se prevé que el contratista consorcio Cañón del Combeima quien está a cargo de la pavimentación desde ese punto hasta Ibagué, se encargue de la puesta en marcha de un muro de contención de alrededor de 70 metros de longitud y siete o seis metros de altura, por lo mismo, en la actualidad se están realizando obras de dragado con la intención de desviar el cauce del río.
No obstante, está no es la única situación que pone en riesgo a los pobladores. En el kilómetro 15, en la ruta al Cañón del Combeima, la comunidad teme que el constante desprendimiento de tierra y roca de la montaña por las lluvias y el paso de algunas quebradas que desembocan en el río, terminen por generar una tragedia mayor.
Jair Ruiz residente en la finca La Cabaña, sostuvo que: “la quebrada ha estado botando constante material, en la noche del lunes sonaron bombadas, cada 20 o 30 minutos se escuchan los estallidos de lo que está cayendo, pero ese material está quedando represado por un bosque de pinos que no deja que caiga al río, el peligro es que cuando no se pueda contener se pueda generar una avalancha.
“Las autoridades están al tanto, pero no hay acciones. Ante estas cosas de nada sirve que vengan ingenieros y tomen medidas cuando el Cañón es zona de riesgo y se supone que con décadas de anticipación tienen estudios por la situación, eso es algo tedioso y no aporta nada, se necesitan acciones de mitigación ya mismo”.
El temor por la fuerza del río también la viven los residentes del barrio Baltazar quienes también piden a las autoridades intervenir con maquinaria el cauce del afluente en ese tramo para evitar que la situación que se registró en la madrugada y mañana del viernes 24 de septiembre termine generando una desgracia mayor.
Desde esta semana, varios vecinos se han reunido y han tratado con su propia fuerza mover rocas de hasta dos metros de diámetro para desviar el cauce del río y buscar protección. Allí aseguran que con las obras del acueducto complementario se removieron varias rocas que generaron que el afluente terminara socavando gran parte de la cuenca.
“Cuando los señores del Ibal vinieron a hacer este puente canalizaron el río hacia un lado para poder trabajar, cuando ellos acabaron dejaron unas piedras inmensas que desvían el río hacia el barrio, cuando creció se terminó saliendo aquí al Baltazar, nosotros como comunidad preocupados por nuestro hijos, iniciamos un trabajo y empezamos a mover las piedras lo que más pudimos, pero necesitamos que la máquina mueva la tierra y haga un dique para que el paso del río sea derecho, nos dicen que mandan la máquina, pero nada, la maquina que trajeron solo fue para limpiar el barro”, señaló Jorge Luis Moreno habitante del Baltazar.